El sistema
tradicional de enseñanza considera al profesorado como principal eje del
proceso de enseñanza-aprendizaje. El maestro o la maestra sientan cátedra,
tienen la verdad absoluta y esta es irrefutable e irrebatible. Los intereses de
su alumnado importan poco o nada, puesto que nadie se cuestiona preguntar si el
temario les parece interesante, si el método de trabajo lo consideran adecuado,
o si se sienten acogidos en el aula. Simplemente no importa. Aquí lo primordial
es que el claustro se sienta escuchado, que exista un clima de aula donde no
exista contaminación acústica provocada por el intercambio de opiniones y el
debate, donde su alumnado permanezca “correctamente” situado en sus pupitres
colocados frente a la pizarra, de espaldas al resto de sus iguales, produciendo
una imagen jerarquizada donde lo importante está delante, el o la
docente.
Si esto
anterior, donde hoy estaremos todos y todas de acuerdo en su obsolescencia y
obra del pasado, parecía difícil de derribar, más lo es algo en lo que nadie
toma tanta consideración, puesto que la gran mayoría de las personas desconocen
(o miran hacia otro lado) la manera de trabajar en las aulas, acostumbrados a
trabajar con el libro de texto. Y es que en el sistema tradicional de enseñanza
los documentos en papel son la principal herramienta de trabajo, con las limitaciones
que de estos se derivan. Entendemos que la tecnología ha facilitado mucho la
interacción a la hora de aprender, pero… ¿es que sólo mediante los avances
tecnológicos podemos motivar al alumnado? La respuesta es evidente, un rotundo
NO. Como pudimos apreciar en clase, la cantidad de recursos manipulativos que
podemos encontrar es infinita, sólo debemos dejar volar nuestra imaginación.
Algunos de estos ejemplos los encontramos a continuación:
Ejemplo I: Recurso para aprender las fases de la Luna.
.
Ejemplo II: Tubo para aprender y reforzar las tablas de multiplicar.
Ejemplo III: Recurso para aprender las capas de la Tierra.
Ejemplo IV: Recurso para aprender los distintos niveles de concreción dentro del Universo.
Este tipo de
recursos tiene la principal característica de acercar una realidad de manera
visual, tangible, haciéndola más comprensible. Además, no olvidemos la parte
lúdica, fundamental a la hora de trabajar con niños y niñas, lo que ofrece una
motivación mayor que el papel y el bolígrafo. Mediante la manipulación, el
alumnado puede no sólo interactuar directamente con los recursos, sino que
además, con ayuda de la memoria fotográfica, recordar de una manera más visual
los contenidos que se estén trabajando. Y
es que cómo se suele decir coloquialmente: “si la lección es
divertida, nunca se olvida”.
En este sentido, nuestro grupo elaboró un recurso manipulativo referente al área de matemáticas, para trabajar las tablas de multiplicar: "La Matemagia".
En este sentido, nuestro grupo elaboró un recurso manipulativo referente al área de matemáticas, para trabajar las tablas de multiplicar: "La Matemagia".
Tabla del 3:
Tabla del 6:
Tabla del 7:
Tabla del 8:
Tabla del 9:
Estaremos de acuerdo con esta expresión, ya que nos habrá ocurrido en numerosas ocasiones que cuando algo nos gusta o mostramos interés, solemos recordarlo siempre, lo afianzamos con mayor facilidad. Por tanto, las ventajas de los recursos manipulativos frente a los libros de texto son numerosas, pero mayores aún son los beneficios para nuestro alumnado.
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