Los refuerzos positivos son esenciales
en la vida de toda persona, ya sea ésta joven, adulta o de mayor edad. Todos/as necesitamos
en algún momento que nos refuercen positivamente y nos hagan ver que nuestro
trabajo está mereciendo la pena, al igual que poseemos grandes cualidades que
muchos/as de nosotros/as ni siquiera sabemos que tenemos, y que nos pueden ayudar a
entender nuestro papel e importancia hacia los demás y con nosotros/as mismos/as.
Centrándonos en el ámbito educativo que
es el que nos ataña, la importancia de este aspecto es más que fundamental, y
es que va a depender mucho de nosotros/as como profesores/as, el que un niño o niña
pueda desarrollarse de forma adecuada y escoja un camino u otro en el futuro.
Efectivamente como señaló Ericksen
(1978): “El aprendizaje real en la clase depende de la
habilidad del profesor/a para mantener y mejorar la motivación que traían los estudiantes
al comienzo del curso. Sea cual sea el nivel de motivación que traen los
estudiantes, será cambiado, a mejor o a peor, por lo que ocurra en el aula”.
Aquí
es cuando se podría hablar del tan sonado “Efecto Pigmalión” y término de
“profecía autocumplida”, pues tal y como se expresa, la visión que tiene una
persona sobre otra, en este caso la del profesorado hacia su alumnado, pueden
influir más de lo que pensamos en su comportamiento hacia éste y en su rendimiento
o motivación, y afectarle no sólo positivamente, sino también de forma
negativa.
Como
estuvimos hablando en clase, esta situación no es algo que quede lejos, sino
que muchos/as de nosotros/as lo hemos vivido de primera mano: personas que nos decían
que no valíamos, que nos comparaban con nuestros/as hermanos/as u otros que eran
“mejores”, etc. Lo
realmente indignante de la situación es que esas “personas” hablaban sin saber
y al final estaban más que equivocadas, ya que para nada su percepción se
acercaba a la única y verdadera realidad.
A
pesar de ello, el daño hecho es inevitable y puede totalmente cambiar la
percepción que una persona tiene sobre sí misma, hasta el punto de creerse
tales barbaridades; puede que tengamos cosas que mejorar, pero nunca debemos
ponernos límites a aquello que podemos alcanzar, lo verdaderamente importante
es creer en nosotros/as, pero para ello también necesitamos del apoyo y confianza
de los demás.
Un
buen y claro ejemplo de todo ello, es el siguiente vídeo, que muchos/as ya conocemos:
Por
desgracia, siempre se ha considerado de mayor importancia la figura del
profesor/a y su enseñanza, y no tanto el papel del alumnado en el proceso de
aprendizaje. Estando en el siglo en el que estamos, ya no vale de nada enseñar
por enseñar, sino lo que realmente importa es que el alumnado aprenda y esto
además lo haga de una manera positiva.
Si
queremos que esto ocurra, lo primero que hay que plantearnos es sí la enseñanza
que se les está ofreciendo es la correcta, pues nosotros/as no les podemos
construir su propio aprendizaje, pero sí darles las pautas y herramientas
necesarias para que lo lleguen a alcanzar. Pensamos que en toda educación
hay tres aspectos que se deben llevar a la práctica indudablemente:
-
Apoyar a nuestro alumnado diciéndole a menudo que puede hacerlo bien y tiene
posibilidades para hacer todo aquello que se proponga.
-
Intentar crear en nuestra clase un clima abierto y positivo, en donde todos/as participen activamente y tengan un lugar importante en la misma.
-
Ayudarles a sentirse miembros/as de gran valor en la comunidad de aprendizaje en
la que están inmersos y son los protagonistas.
Así
mismo, es fundamental, el conocer a nuestro alumnado y saber a qué tipo de
necesidades, dificultades y capacidades nos estamos enfrentando, para que esa
calidad de la enseñanza sea verdaderamente efectiva y adaptada a todos/as ellos/as:
-
Empezar conociendo a los/las estudiantes y su situación inicial.
-
Conocer sus métodos de aprendizaje.
-
Tratar a los/las estudiantes con respecto y confianza.
-
Mantener altas expectativas de los/las estudiantes.
-
Fomentar la participación activa de los/las estudiantes.
-
Ser flexible, experimentador y con capacidad de adaptación a las
circunstancias.
-
Ser cercano y transmitir confianza.
-
Dedicar tiempo a cada estudiante y ofrecer una enseñanza adaptada a sus
posibilidades.
-
Variar los métodos de enseñanza teniendo en cuenta a los/las estudiantes,
favoreciendo así, las ganas y entusiasmo por asistir a clase.
Todo
ello como podemos apreciar parece bastante sencillo, pero son pocas las veces que
le damos la importancia que se merece y lo llevamos realmente a la práctica en
nuestras aulas.
La excusa suele ser la de la falta de tiempo,
el cual empleamos en otras cuestiones que “creemos” más importantes, como el
hecho de que los/las niños/as aprendan un concepto o no, y en verdad no nos estamos
dando cuenta de que a estas alturas, es mucho más significativo el que éstos
sean felices y vengan al colegio con ganas de aprender y ser alguien en la
vida.
Realmente
con pequeñas actuaciones y el simple hecho de poner empeño e ilusión, esto lo
podemos conseguir, y el paso que demos será más que grande. Así pues, nosotros
como futuros profesores/as, trabajaríamos esos refuerzos positivos en nuestra aula
a través de diferentes estrategias, de las cuales podemos destacar:
1. “El
buzón de la clase”
Con
el objetivo de resaltar los aspectos positivos de los/las compañeros/as de clase y
alumnado, todos/as ellos/as contarán con un buzón en su propia mesa. Se trata de que
cada niño/a escriba una carta a un/una compañero/a de forma anónima, felicitándole por
algo que haya hecho bien durante la semana o considere digno de mencionar.
Pueden
poner una portada con: yo felicito a… por… y dentro, un dibujo y el porqué de
esa felicitación.
Sería
conveniente que al lado de cada buzón haya un cuadro con la foto de los/las niños/as,
y que éstos según vayan felicitando a sus compañeros/as, lo apunten o tachen para
que no se repitan. La finalidad es que al final de la semana, el viernes, todos
tengan al menos una carta y nadie quede sin su valoración positiva.
Nosotras/os como profesoras/os también tendremos un papel fundamental, ya que nos encargaremos
de poner a cada uno de ellos/as otra carta felicitándoles por las buenas acciones
de la semana y dándoles nuestra valoración positiva por el esfuerzo y trabajo
realizado.
Lo
que pretendemos ante todo, es que todos/as se sientan acogidos y todos/as se sientan
parte importante de la clase, además de, claro está, orgullosos/as por lo que son
y lo que pueden aportar a los demás.
No
sólo se pueden incluir en los buzones cartas con aspectos positivos, sino
también con aspectos a mejorar, lo que puede favorecer un mejor clima de clase
y resolución de los inconvenientes surgidos para que éste sea posible (yo esta
semana he tenido un problema con… por…). Los temas que surjan se podrán hablar
en la asamblea y así ponerles solución lo antes posible.
2. “El cuaderno de las cualidades positivas de
mi alumnado”
En
esta iniciativa de refuerzo positivo, el papel del profesorado es fundamental,
y es que va a tener muy en cuenta las acciones positivas de su alumnado,
procurando siempre que nadie quede exento de tal acentuación de las mismas. Es
bueno que se les reconozcan sus talentos y virtudes por encima de los errores
que puedan llegar a cometer para que éstos se sientan seguros consigo mismos y
puedan llegar a alcanzar todo lo que se propongan de una manera más afectiva.
Se
trata de que el profesorado vaya apuntando en su cuaderno los aspectos
positivos que vaya resaltando en cada uno de sus alumnos/as durante las
diferentes clases de la semana, de manera que esa gratificación no se le haga
siempre a los/las mismos/as y ésta no se convierta en una rutina para ellos/as. Es
importante que valore a todo su alumnado por igual y siempre se establezca
metas que garanticen tal aspecto, reflexionando y observando los avances y evolución
dada.
Puede
llevar una lista tipo “control”, reflejando: hoy le he dicho esto positivo a…
evitando así la repetición y diferencias entre su alumnado, principal objetivo
de esta estrategia.
Para
finalizar este apartado, os dejamos dos imágenes que reflejan esa esencia de la
que venimos hablando durante tanto tiempo y que aquí pretendíamos transmitir:
todos/as somos capaces y valiosos, si así se nos hace ver…
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